En los últimos años la durabilidad de las estructuras ha cobrado una especial importancia, de forma que si hace unos años el primer dato a valorar era el nivel de cargas que debía soportar una estructura, ahora lo primero a determinar son los requerimientos de durabilidad de esta estructura, imponiendo estos requerimientos unas condiciones sobre los materiales, recubrimientos, aperturas mínimas de fisura, etc.

 Las normas como la EHE-08 son bastante claras respecto a dichas condiciones, lo cual ha hecho que los diseñadores de estructuras de cimentación no tengamos mayores problemas para implementarlas, hay datos claros y metodologías de diseño, no es necesario más.
El problema aparece cuando los diseños, resultado de aplicar lo anterior, son inadecuados, tanto a nivel constructivo como, especialmente, a nivel de durabilidad, apareciendo armados claramente problemáticos por su densidad y dificultad de montaje.
Este problema no es nuevo, ya que desde obra siempre ha habido críticas sobre la dificultad de armar piezas con cuantías importantes así como los problemas asociados a hormigonados defectuosos con las dichosas coqueras, la novedad es que ahora hay dos cosas por las que preocuparnos, que la pieza soporte los esfuerzos y que dure soportándolos.
Como afecta todo la anterior a los muros pantalla??. ……

Pues especialmente, ya que se trata de elementos a flexión, inmersos en un ambiente sensible a ser agresivo ( el terreno con agua) y donde el resultado final es prácticamente imposible supervisar en gran parte de la superficie.

 Si a lo anterior, le unimos querencias de los diseñadores por poner los mínimos apoyos en las obras de infraestructuras (las estaciones las queremos muy diáfanas) o a disminuir al máximo los cantos en las obras de edificación (el coche nunca cabe), tenemos como resultado armados claramente no recomendables.
Armados donde, después de grandes dificultades para colocar la armadura, dedicándole a este menester muchos más esfuerzos y tiempo del recomendable, sobre todo si trabajamos con lodos bentoníticos, cuando se hormigona se acaba hinchando una armadura que por su densidad dificulta el paso del hormigón a través de ella y acaba pegando el armado contra el terreno.
Todo esto, a pesar de la presencia de los separadores, los cuales, se hincan en el terreno y hacen de anclado del armado contra éste.
 El  resultado final de lo anterior, estructuralmente podríamos llegar a la conclusión que no es especialmente malo, cosa dudosa fundamentalmente en las zonas de anclaje de barras, pero lo que está claro es que a nivel de durabilidad es de los peores escenarios posibles, ya que la armadura queda en contacto directo con el terreno y el agua.
En próximas entradas expondré mi decálogo sobre el diseño de las armaduras en muros pantalla asi como aquellos aspectos que como diseñador tengo en cuenta para cumplir los requerimientos de la EHE-08  referente a anchura de fisura con los mínimos efectos secundarios.
Gracias por el tiempo que me habéis dedicado.
juanjo