Todo diseño de una cimentación profunda está precedido de una gran cantidad de hipótesis, simplificaciones y, sobre todas las cosas mucha, mucha, mucha fe:
  • Fe en que los más de 10*E23 parámetros de libertad no sean importantes frente a los pocos que consideramos.
  • Fe en que nuestros profesores y mentores nos hayan formado bien.
  • Fe en que el ejecutor final de nuestra cimentación lo haga como debe.
  • Fe en que las cargas no superen o al menos tengan el mismo signo que nosotros suponemos.
  • Fe en que los partícipes en la realización de la obra, tanto los que lo han hecho antes como los que lo hacen después, hagan las cosas tan bien como dice la fe de cada uno, lo hacemos nosotros

En definitiva, enormes dosis de autoconvencimiento.

Frente a la realidad anterior existe otra posibilidad, y es hacer pruebas de carga, de forma que acotamos bastante algo el ámbito de aplicación de la fe, y a efectos de la capacidad de nuestra cimentación profunda,  se queda básicamente en confiar que la prueba que has realizado, por ejemplo, en un pilote, es representativa del comportamiento y las capacidades del resto de pilotes.

Cuando realizas pruebas de carga, la primera pregunta que surge es, cuantas pruebas hago???, realmente, lo que nos pide el cuerpo es hacer en cada pilote una prueba de carga. Supongo que esto es lo que pensaron los técnicos que han desarrollado este interesante sistema de pilotes empujados desarrollado en Australia, mirad este vídeo es realmente interesante.

Primero os habéis sorprendido, después lo habéis entendido, tras maravillaros de la simplicidad de la idea y de lo interesante que es, habéis decidido que cualquiera puede hacerlo y que estos australianos no tienen mérito alguno, por lo que no vale la pena que nosotros mejoremos su diseño, como nuestra fe nos asegura que podemos hacer. Así somos nosotros y así nos va.

Gracias por el tiempo que me habéis dedicado.

Juanjo